Casi unos 200 originales de Osamu Tezuka, también conocido como Dios del Manga por su aportación a la viñeta japonesa, se podrán ver a lo largo de dos meses en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), en una exposición muy compleja que ha sido producida por FICOMIC, gracias a la estrecha colaboración con el Museu Nacional d’Art de Catalunya, Tezuka Productions y el Festival de la Bande Desinneè de Angulema. Una muestra sin precedentes en nuestro país, que quiere dar a conocer la obra de un creador vital para entender la evolución del manga después de la Segunda Guerra Mundial, y también uno de los autores de cómic más prestigiosos y prolíficos a nivel mundial.
La exposición Osamu Tezuka, el Dios del Manga se podrá visitar a partir del 31 de octubre de 2019 coincidiendo con el inicio de la 25ª edición del Manga Barcelona y hasta el 6 de enero de 2020. El precio de la entrada será de 5€. Durante el 25 Manga Barcelona el jueves 31 de octubre, el viernes 1 de noviembre y el sábado hasta el mediodía, presentando la entrada del Manga, tendrá un precio reducido de 3€. El sábado por la tarde y domingo 3 todo el día, la entrada a la exposición será totalmente gratuita para todos.
A la inauguración de esta exposición contaremos con la presencia de Macoto Tezuka, hijo del autor, y que forma parte de la dirección actual de Tezuka Productions. A lo largo de los años, Macoto Tezuka ha dedicado a supervisar las adaptaciones y otros derivados de la obra de su padre, y él mismo se ha encargado de dirigir alguna adaptación. En Japón es también conocido como director de cine, vertiente que exploraremos con él en algunas de las actividades en las que participará en el 25 Manga Barcelona.
Esta exposición forma parte del acuerdo de colaboración entre FICOMIC y el Museu Nacional d’Art de Catalunya, gracias al cual se ha producido la exposición Corto Maltés de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero o la más reciente el Víbora. Comix contracultural. Con este nuevo proyecto FICOMIC y el Museu Nacional d’Art de Catalunya continúan trabajando para difundir el cómic y hacer visibles las relaciones existentes entre las diferentes artes.
Aunque el manga forma parte de la gran familia del cómic global, hay una serie de elementos estéticos y narrativos que a día de hoy fácilmente identificamos con el cómic hecho en Japón. Osamu Tezuka, nacido en 1928, fue una figura crucial que dio forma al manga moderno cuando comenzó a publicar manga pocos tiempo después del fin de la guerra. En 1947, el manga Shin Takarajima (publicado en castellano como La nueva isla del tesoro) se convirtió en un éxito, llegando a vender más de 400.000 copias en una época donde comprar manga se podía considerar casi un lujo. Su obra sorprendió por una narrativa visual muy novedosa, que se inspiraba en el cine y la animación, aportando una velocidad y un movimiento que pocas veces se había visto antes en un cómic. Además, Tezuka proponía historias largas y con gran desarrollo, algo que se bautizó como story-manga y que contrastaba con el dominio del manga de humor y explicado en pocas páginas o viñetas.
Esta obra y las que vinieron a continuación tuvieron, además, un gran impacto en muchos lectores que decidieron convertirse ellos también en mangaka, es decir, en autores de manga. Así pues, la influencia de Tezuka fue muy importante en toda una serie de autores que terminarían liderando la industria del manga en las siguientes décadas: nombres como el dúo Fujiko Fujio (creadores de Doraemon), Shotaro Ishinomori (autor con el récord Guinness de páginas de cómic publicadas) o Yoshihiro Tatsumi (uno de los autores principales del gekiga), reconocieron el impacto que tuvo en ellos la obra de Osamu Tezuka. De este modo, aunque el manga iría evolucionando y tomando formas muy diferentes a lo largo de las décadas, sus aportaciones, que sus discípulos y admiradores siguieron desarrollando, aún resuenan a día de hoy en las creaciones más actuales.
Poco tiempo después de su debut, Tezuka empezaría a crear personajes de gran éxito como Astro Boy, La Princesa Caballero o Kimba, el león blanco, auténticos iconos del manga y también de la animación japonesa. De hecho, el mangaka siempre había deseado dedicarse a la animación, y también se le considera el responsable de revolucionar la forma de crear series de anime para televisión, haciendo que fueran rentables y creando una bola de nieve que con el tiempo se ha ido haciendo cada vez más y más grande. A continuación, comenzaría a trabajar en obras de carácter más adulto, destacando Adolf, Buda, Fénix, y uno de sus últimos grandes personajes, el cirujano Black Jack.
Osamu Tezuka se ganó a pulso el título de Dios del Manga, popularizó géneros y revolucionó la animación japonesa. Probablemente es uno de los autores de manga más conocidos en todo el mundo, y sin lugar a dudas los más admirados por la crítica. Esta exposición supone una oportunidad única para ver de cerca sus creaciones y poder conocer y admirar la obra de uno de los autores de cómic más importantes de todos los tiempos.
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